El viernes 29-11 fuimos a visitar la casa de MIGUEL HERNÁNDEZ. Cómo somos ya muy
mayores fuimos caminando con nuestra mochila, pues, como también iban
los niños de la clase de Charo, las seños tenían previsto que
entráramos en dos turnos, así mientras unos visitaban la casa los otros
almorzábamos. Pero como esa mañana hacía taaaaaaaaanto frío al final entramos todos a la vez.
Así
que, una vez llegó nuestra guía entramos a la casa y lo primero que vimos fue la entrada a la casa, que la
familia de Miguel utilizaba de comedor. Aquí tenéis una fotografía
sacada de Internet (a la seño no le dió tiempo a hacer una foto):
Y aquí estamos nosotros:
Luego visitamos una habitación que era muy estrecha con fotografías en
la pared y que parecía un pasillo. Lo que nos ha sorprendido es que ésta
era la habitación de las hermanas de Miguel, Encarna y Elvira, lo que
pasa es que ahora han quitado la cama para que la gente pueda pasar por
allí cuando la va a visitar.
A
continuación entramos a la habitación de Miguel y su hermano
Vicente. Nuevamente nos ha llamado la atención de que ambos durmiesen
juntos en la misma cama:
La
guía nos ha contado cómo Miguel pasaba las noches despierto leyendo
libros con una vela y cómo luego se dormía cuidando de las cabras.
Luego
hemos pasado por una puerta secreta que se comunicaba con la cocina,
así no molestaban a sus hermanas si querían ir al aseo o a beber agua.
La
cocina no se parecía en nada a las que tenemos en casa pues no había
armarios, ni frigorífico, ni fregadero... Era muy pequeña y tenía a un
lado una encimera con dos tinajas para guardar agua y los cacharros
estaban colgados en la pared. Al otro lado habían dos chimeneas, una
grande para poner los calderos y otra más pequeña para cocinar.
Al no tener fregadero, los cacharros, al igual que la ropa, los lavaban en el lavandero que hay en el patio al lado del pozo.
Luego visitamos la habitación de los padres de Miguel, ésta era más
grande que las otras dos. Nos hemos sorprendido pues en ella, al igual
que en toda la casa, no había armarios, sólo un arcón en el que
guardaban la ropa de toda la familia, pues hace años, la gente no tenía
tanta ropa como tenemos ahora.
Para
finalizar vimos el patio, éste era muy grande y estaba lleno de
plantas. A Miguel le encantaba estar en él para estar rodeado de la
naturaleza y pensar en cosas sobre las que escribir sus poesías.
Al
fondo a la derecha se encontraba la letrina, ésto también nos ha
llamado mucho la atención, pues no se parece en nada a los aseos que
tenemos ahora...
Luego por esta escalera...
...
subimos al lugar donde guardaban las cabras. Aquí Miguel también pasaba
mucho rato, pues, después de llevar las cabras a pastar, las tenía que
ordeñar y meter la leche en recipientes para luego venderla.
Por
último hemos visitado el huerto de la familia de Miguel. Allí además de
la tierra en la que plantaban cosas para comer, tenían una morera y dos
higueras.
Ya, una vez en el cole almorzamos en el patio, sentaditos al sol para no tener frío.
Un saludo monstruoso.
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